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Necesito ayuda
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3 años 1 mes antes #117
por MAR974
Necesito ayuda Publicado por MAR974
Saludos a todos.
Mi nombre es Mario, soy adicto al PMO desde que tengo 14 años. Hoy tengo 47 años y no he podido liberarme de las cadenas que me atan a esta férrea adicción. Hoy sé que es una adicción, una enfermedad, pero por estos 33 años de oscura depresión, desesperación, ansiedad, angustia, desesperanza, miedo y humillación viví creyendo que podía salir por mí mismo de lo que consideraba un vicio, y desconociendo ingenuamente de los daños que física, psicológica y espiritualmente esta adicción me causaba.
Recuerdo cómo desde la primera vez que me masturbé y comencé a consumir pornografía en 1988, en ese entonces no existía por lo menos en Costa Rica, donde he vivido, internet, ni telefonía celular como ahora. Comencé de manera compulsiva y lo que fue una experimentación se volvió para mí una actividad descontrolada. Recuerdo cómo no podía dormir, lleno de urgencia por levantarme antes de la medianoche mientras todos dormían a masturbarme, sin poder decir que no a esa obsesión y ver impotente, con miedo a que me descubriera mi madre, cómo salía el sol y a escuchar el canto de las aves al amanecer. Había pasado otro día más sin dormir, lleno de miedo y desesperación, de pánico tener que ir al colegio así, ojeroso, demacrado, pálido.
Cuánto miedo me daban ya la burla de mis compañeros, las ojeras, el acné, mi piel grasosa, lo demacrado que estaba, algo me decía que mi apariencia era repugnante, cómo me odiaba a mí mismo, cómo culpaba a la masturbación y cómo odiaba ser así pero no podía y no pude parar. Desesperado me incaba a pedirle a Dios que me liberara de esa opresión de ese vicio que me arrastraba a buscar porno y masturbarme, prácticamente apenas si estudiaba, me dedicaba gran parte del día a buscar material y a esconderme a masturbarme, vivía atormentado por el miedo, la culpa y la desesperación de creerme condenado al infierno y ser despreciado por Dios. Siento que perdí mi adolescencia aislado, rechazado, humillado por mis compañeros y las chicas. A los catorce años mi mayor fondo fue mi primer intento de suicidio. Deseaba morir y no seguir viviendo así.
Cuando crecí mi historia no fue muy diferente. Luego de graduarme del colegio a brincos y saltos, perdí trabajos por llegar tarde y ausencias debido a mi impotencia para detenerme por mi consumo de PMO, Busqué ayuda en la psicología pero no pude ni ser medianamente honesto para que me ayudaran. Hoy no encuentro otra forma de salir de esto sino es con la ayuda de ustedes.
Les pido por favor su ayuda, su orientación y guía para saber cómo han podido librarse de las garras de esta poderosa y mortal adicción.
Mi nombre es Mario, soy adicto al PMO desde que tengo 14 años. Hoy tengo 47 años y no he podido liberarme de las cadenas que me atan a esta férrea adicción. Hoy sé que es una adicción, una enfermedad, pero por estos 33 años de oscura depresión, desesperación, ansiedad, angustia, desesperanza, miedo y humillación viví creyendo que podía salir por mí mismo de lo que consideraba un vicio, y desconociendo ingenuamente de los daños que física, psicológica y espiritualmente esta adicción me causaba.
Recuerdo cómo desde la primera vez que me masturbé y comencé a consumir pornografía en 1988, en ese entonces no existía por lo menos en Costa Rica, donde he vivido, internet, ni telefonía celular como ahora. Comencé de manera compulsiva y lo que fue una experimentación se volvió para mí una actividad descontrolada. Recuerdo cómo no podía dormir, lleno de urgencia por levantarme antes de la medianoche mientras todos dormían a masturbarme, sin poder decir que no a esa obsesión y ver impotente, con miedo a que me descubriera mi madre, cómo salía el sol y a escuchar el canto de las aves al amanecer. Había pasado otro día más sin dormir, lleno de miedo y desesperación, de pánico tener que ir al colegio así, ojeroso, demacrado, pálido.
Cuánto miedo me daban ya la burla de mis compañeros, las ojeras, el acné, mi piel grasosa, lo demacrado que estaba, algo me decía que mi apariencia era repugnante, cómo me odiaba a mí mismo, cómo culpaba a la masturbación y cómo odiaba ser así pero no podía y no pude parar. Desesperado me incaba a pedirle a Dios que me liberara de esa opresión de ese vicio que me arrastraba a buscar porno y masturbarme, prácticamente apenas si estudiaba, me dedicaba gran parte del día a buscar material y a esconderme a masturbarme, vivía atormentado por el miedo, la culpa y la desesperación de creerme condenado al infierno y ser despreciado por Dios. Siento que perdí mi adolescencia aislado, rechazado, humillado por mis compañeros y las chicas. A los catorce años mi mayor fondo fue mi primer intento de suicidio. Deseaba morir y no seguir viviendo así.
Cuando crecí mi historia no fue muy diferente. Luego de graduarme del colegio a brincos y saltos, perdí trabajos por llegar tarde y ausencias debido a mi impotencia para detenerme por mi consumo de PMO, Busqué ayuda en la psicología pero no pude ni ser medianamente honesto para que me ayudaran. Hoy no encuentro otra forma de salir de esto sino es con la ayuda de ustedes.
Les pido por favor su ayuda, su orientación y guía para saber cómo han podido librarse de las garras de esta poderosa y mortal adicción.
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3 años 1 mes antes #119
por MAR974
Respuesta de MAR974 sobre el tema Necesito ayuda
Hoy cumplo tres días sin PMO, esto me alegra, es como una dádiva divina para mí, pues experimento un alivio de la carga que significa la recaída, culpa, verguenza, miedo, una pérdida brutal de energía, un cansancio, desánimo y una sensación de fracaso y pérdida de fe y confianza en mí mismo y en la vida. Hoy recupero en cierto grado algunas de estas cosas. Siento importante contar con algunos cambios y ajustes importantes en mi rutina diaria, pequeñas acciones que vienen a repercutir en evitar una próxima recaída. He podido reconocer que mis recaídas son muy localizadas y muy rutinarias: me refiero que se dan en una hora específica: aproximadamente de 10 a 10:30 p.m, en mi cuarto, antes de ir a acostarme. Generalmente me encierro en el baño, sentado en el inodoro con el celular en la mano. Antes de llegar a consumir PMO, puedo identificar que luego de cerrar la puerta de mi cuarto, incluso antes, desde que doy las buenas noches para irme a acostar llega a mi mente el deseo y la idea de consumir material erótico, del placer que para mí promete al consumirlo, porque de alguna manera algo en mi interior pide ese alivio, esa recompensa, ese placer que llega a mí como una necesidad de relajación. Muchas veces siento que es el cansancio de un día ajetreado, un día de tensión, de situaciones frustrantes, de insatisfacción, de problemas económicos, en el trabajo o de enojo y disgustos con alguna persona. En esto tengo que ser meticuloso porque son factores para una potencial recaída para mí. Es una tarea de autoaprendizaje, de alfabetización emocional para mí, de atender a estas emociones no resueltas y dejar de recurrir o de ceder a esta excitación y preocupación sexual para evadir mis emociones, con el resultando tan nocivo para mí de siempre, terminar con un nuevo autoengaño, alienado, enajenado de mis emociones, igual de frustrado, descontento, insatisfecho, igual o más obsesionado y compulsivo porque de por sí ya recaí, y la consecuente trasnochada y despertar en crisis el día siguiente.
Por esta razón estoy perseverando para implementar las siguientes medidas que quiero compartirles para comprometerme con ellas: Primero, practicar las meditaciones guiadas y práctica de respiraciones con la finalidad de gestionar la ansiedad y las tensiones y emociones no resueltas que comúnmente cargo hasta el final del día (y pensar que así me acostaba, ¡qué bestia!). Segundo, he tomado la sugerencia que para prevenir semejante urgencia sexual que me sobreviene, antes de sea presa de esa preocupación obsesiva por consumir PMO ante la que soy impotente, he tomado la medida de apagar el teléfono celular a las 10 p,m,, además de tomar una ducha fría o aplicarme hielo a los genitales como sugería un adicto al PMO que compartía acerca de su eficacia.
Me comprometo a compartir por acá mi experiencia acerca de estos resultados en los siguientes días. Saludos cordiales, espero la respuestas de algunos de ustedes por acá. Muchas gracias.
Por esta razón estoy perseverando para implementar las siguientes medidas que quiero compartirles para comprometerme con ellas: Primero, practicar las meditaciones guiadas y práctica de respiraciones con la finalidad de gestionar la ansiedad y las tensiones y emociones no resueltas que comúnmente cargo hasta el final del día (y pensar que así me acostaba, ¡qué bestia!). Segundo, he tomado la sugerencia que para prevenir semejante urgencia sexual que me sobreviene, antes de sea presa de esa preocupación obsesiva por consumir PMO ante la que soy impotente, he tomado la medida de apagar el teléfono celular a las 10 p,m,, además de tomar una ducha fría o aplicarme hielo a los genitales como sugería un adicto al PMO que compartía acerca de su eficacia.
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3 años 1 mes antes #120
por MAR974
Respuesta de MAR974 sobre el tema Necesito ayuda
Saludos cordiales a quién lea esto y como yo esté desesperado por aferrarse a cualquier ayuda para liberarse de la adicción al PMO. De mi parte, estoy harto de vivir en ese estado de culpa, miedo y verguenza en que me tenía sumido mi manera de masturbarme, ver porno y acompañarlo con el consumo de drogas que yo solía usar. Para mí era por un lado el paraíso pero a la vez también era para mí el mismo infierno. Cómo era posible que aquello que a la vez me brindaba tanto alivio a la vez fuera para mí el mismo infierno. Lo que me brindaba el máximo placer en mi vida al mismo tiempo me llevaba a ese estado de tanta aflicción y sufrimiento. Se convirtió esta situación en una crisis existencial para mí, la más grande en mi vida, porque me robó mi adolescencia y juventud de día en día, de mes en mes y de año en año, y cuando me percaté fueron décadas viviendo esta misma disyuntiva para mí: "quiero dejar el porno y la masturbación hoy, pero mejor mañana lo dejo". De inmediato me di cuenta que no podía, nunca pude yo solo, me venció la adicción, me dejó en la lona tendido y se convirtió en mi peor humillación, nada me humilló tanto..
La última vez que recaí fue hace siete días mis estimados. A penas tengo una semana y me parece una eternidad. Qué gran alivio para mí despertar un domingo como hoy, soleado y radiante, y al abrir los ojos percatarme que fue para mí una noche de sábado, de fin de semana sin consumir PMO. Qué gran alivio, qué gran felicidad compañeros. Hoy puedo ser agradecido de tener esta salud, energía y contentamiento de irme alejando de ese estado de tristeza, desánimo, miedo y soledad, de desesperación y de autoengaño y de sentirme por esta razón defraudado conmigo mismo. Qué lúgubre amanecer, ver llegar la mañana todo trasnochado, consumiendo PMO, sin haber dormido y con esa sensación de terror, vacío, angustia, desprecio y asco de mí mismo, de preferir la muerte a seguir viviendo. Sólo por hoy no vivo esa miserable pesadilla.
Esta semana me he mantenido vigilante de las medidas tomadas para prevenir mi recaída en el consumo de PMO. Sigo practicando herramientas como las meditaciones guiadas, la oración (no practico ninguna religión, pero sí principios espirituales) como una forma de mantener y mejorar mi contacto con Dios, también mantengo medidas como apagar mi teléfono móvil antes de las 10 p, m. y vigilar mis estados de excitación sexual, mis niveles de ansiedad, de tensión, de frustración, de insatisfacción, de enojo, así como estar vigilante de mis pensamientos fantasiosos, de fantasías sexuales, y disparadores o detonantes. Alejarme de mis lugares de consumo, amistades de consumo, evitar imágenes sensuales, eróticas, programas de televisión con presentadoras atractivas, semidesnudas o vestidas sólo un 20% en el 90% del programa. Siguen siendo para mí recomendaciones que hoy me salvan la vida.
De manera que, sigo en pie en mi convicción. Asimismo, encuentro muy importante para mí el poder compartir con ustedes mi testimonio de lo que estoy haciendo. Lo ideal sería día a día, porque sin duda para mí es un compromiso el estar vigilante y el aplicar las herramientas día a día, así como hacer mía esta nueva rutina que como ustedes manifiestan es un estilo de vida, no es sólo dejar el PMO. Hoy para mí es adquirir, desencadenar y hacer realidad un cambio en mi manera de pensar, de actividades y de relacionarme, y con más razón con ustedes que me han devuelto la esperanza de que hay una posibilidad de liberarme de mi adicción, de recuperar mi vida porque yo solo no he podido.
La última vez que recaí fue hace siete días mis estimados. A penas tengo una semana y me parece una eternidad. Qué gran alivio para mí despertar un domingo como hoy, soleado y radiante, y al abrir los ojos percatarme que fue para mí una noche de sábado, de fin de semana sin consumir PMO. Qué gran alivio, qué gran felicidad compañeros. Hoy puedo ser agradecido de tener esta salud, energía y contentamiento de irme alejando de ese estado de tristeza, desánimo, miedo y soledad, de desesperación y de autoengaño y de sentirme por esta razón defraudado conmigo mismo. Qué lúgubre amanecer, ver llegar la mañana todo trasnochado, consumiendo PMO, sin haber dormido y con esa sensación de terror, vacío, angustia, desprecio y asco de mí mismo, de preferir la muerte a seguir viviendo. Sólo por hoy no vivo esa miserable pesadilla.
Esta semana me he mantenido vigilante de las medidas tomadas para prevenir mi recaída en el consumo de PMO. Sigo practicando herramientas como las meditaciones guiadas, la oración (no practico ninguna religión, pero sí principios espirituales) como una forma de mantener y mejorar mi contacto con Dios, también mantengo medidas como apagar mi teléfono móvil antes de las 10 p, m. y vigilar mis estados de excitación sexual, mis niveles de ansiedad, de tensión, de frustración, de insatisfacción, de enojo, así como estar vigilante de mis pensamientos fantasiosos, de fantasías sexuales, y disparadores o detonantes. Alejarme de mis lugares de consumo, amistades de consumo, evitar imágenes sensuales, eróticas, programas de televisión con presentadoras atractivas, semidesnudas o vestidas sólo un 20% en el 90% del programa. Siguen siendo para mí recomendaciones que hoy me salvan la vida.
De manera que, sigo en pie en mi convicción. Asimismo, encuentro muy importante para mí el poder compartir con ustedes mi testimonio de lo que estoy haciendo. Lo ideal sería día a día, porque sin duda para mí es un compromiso el estar vigilante y el aplicar las herramientas día a día, así como hacer mía esta nueva rutina que como ustedes manifiestan es un estilo de vida, no es sólo dejar el PMO. Hoy para mí es adquirir, desencadenar y hacer realidad un cambio en mi manera de pensar, de actividades y de relacionarme, y con más razón con ustedes que me han devuelto la esperanza de que hay una posibilidad de liberarme de mi adicción, de recuperar mi vida porque yo solo no he podido.
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